Irma, una chica muy sentimental

Hace tiempo que estoy harta de trabajar en "El Gato que Fuma". Sé perfectamente que es un tugurio de tercera con clientes de cuarta, pero peor era la tienda de Cabildo, poblada de tirifilos venidos a más que aprovechaban cualquier oportunidad para meterme una mano. Sí, ya sé que la gentuza del Gato se me tiraría arriba si la dejara, que aprecian cualquier cosa de mí menos mi arte, pero hace ya tanto que perdí las esperanzas de bailar en el Colón, de hacer "Giselle" una noche de verano en el Parque Centenario.
No te escribo estas líneas para que te sientas culpable, creéme, hace meses que sabía que andabas con Julia, pero no tenías por qué hacérmelo saber por carta, lo nuestro merecía al menos que pusieras la cara, que me dejaras mirarte una vez más.
No es por vos que me tiro abajo del subte. Es que me dan vértigo las alturas.

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